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Yo tengo un monstruo verde que un día me encontré,

él me siguió y me siguió; me demostró que no me iba a morder

y decidí acompañarlo un rato.

Me contó muchas historias de como era su vida de monstruo verde,

no habla muy buen castellano pero yo aprendí su idioma mounstrísimo.

Es difícil, tiene hartos GRRRs y ARRRGHs pero te acostumbras y hasta te llega a gustar.

Yo le conté sobre mi vida y pensé que mis historias serían mucho mas geniales si tuvieran un monstruo involucrado y parece que mi monstruo verde también pensó lo mismo.

Resultó que este monstruo verde se convirtió en mi mejor amigo, me entendía.

Y yo a él.

Desde ahi no me separo de mi monstruo verde, él me cuida y me quiere

y yo soy la que lo sigue ahora.

¡Y ahora nuestras historias son geniales!